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Mostrando entradas de octubre, 2011

Reza el Rosario.

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El Santo Rosario es una oración simple y humilde como María. Al rezar el Avemaría invitamos a nuestra Madre a que rece con nosotros y una su oración a la nuestra. Es la oración de los sencillos y de los grandes. Es tan simple que está al alcance de todos; se puede rezar en cualquier lugar y momento. La oración del Ros ario es el rezo de los que se han hecho grande por su sencillez. Ayudado por la tecnología aca les dejo un link para que lo recemos hoy, denle clic al link que a continuación se presenta. Ofrezcamos este Santo Rosario por la Paz de Guatemala. ESCUCHAR EL SANTO ROSARIO

Novena al Ángel de la Guarda (dia 9)

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ORACIÓN PARA CADA DÍA DE LA NOVENA A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor. Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!, también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente en esta vida y poseerle eternamente en la gloria. Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena, para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea. DÍA NOVENO ¡Oh bienaventurado ministro del Altísimo!, alcanzadme de su misericordia infinit...

Novena al Angel de la Guarda (dia 8)

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ORACIÓN PARA CADA DÍA DE LA NOVENA A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor. Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!, también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente en esta vida y poseerle eternamente en la gloria. Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena, para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea. DÍA OCTAVO ¡Oh invencible Protector!, asistidme a fin de corresponder dignamente a vuestro ...